Agricultores señalan que la falta de apoyos institucionales, el embate de la plaga de la moniliasis y ahora la pérdida de mercado debido a la pandemia de covid-19, hicieron que en la última década se perdieran unas 15 mil hectáreas de cacao en México, lo que generó que la producción cayera en más del 50 por ciento al pasar de 50 mil a menos de 25 mil toneladas, por lo que se deben importar más de 63 mil toneladas anuales del grano. Ese panorama ha provocado que se impulse un programa para la renovación de 10 mil hectáreas en la zona baja de Tapachula, Chiapas, en el que se busca darle impulso a las variedades criollas y los cacaos finos de aroma, entre ellos el Real del Soconusco, por su riqueza genética y su alto valor en el mercado mundial.
El secretario de Desarrollo Rural y agronegocios del municipio, Porfirio Cárdenas Molina, reconoció que la plaga de la moniliasis ha mermado la producción del grano, que sumado a muchos años de bajos precios, orilló a muchos agricultores a cambiar de cultivo y tirar sus plantaciones, por lo que se están centrando en su rescate. “Se tiene que trabajar en el rescate de los cacaos finos de aroma que tienen un alto valor”, insistió, al tiempo de señalar que también se plantea el cuidado de la biodiversidad en virtud de que es un cultivo que se acompaña de otras especies, entre ellos el mamey, plátano, mango y pataste.
El ayuntamiento de Tapachula puso en marcha el vivero comunitario de cacao en el ejido Hidalgo de ese municipio, en el cual se producirán 100 mil plantas, donde intervienen 150 familias de los ejidos Francisco I. Madero, Río Florido, Raymundo Enríquez, Llano de la Lima e Hidalgo. El objetivo es que estas plantas sean distribuidas en toda la zona y que se reforeste, se renueven plantaciones y se active la economía de la región. El proyecto busca también generar recursos económicos para los agricultores tapachultecos, para el progreso y desarrollo de esa comunidad, como lo han manifestado en diversas ocasiones los gobiernos federal, estatal y municipal, precisó Cárdenas Molina. Agregó que este cultivo de cacao comenzará a dar sus primeros frutos en mayo y junio del año próximo, por lo que reconoció el compromiso y responsabilidad de los productores de los cinco ejidos involucrados en este proyecto verde.
Por su parte, el representante del vivero comunitario en el ejido Hidalgo, Ángel Robles Álvarez, explicó que la asociación de productores busca el rescate de la plantación, y sobre todo, enseñar a nuevas generaciones la bondad de este fruto, “buscamos que se rescate la cosecha, ya llevamos 50 años produciéndola en esta zona, ya tenemos mercado en Canadá, Europa y Sudamérica, pero con la pandemia estamos en riesgo de que esto desaparezca y muera, pero vamos al rescate con este proyecto”, señaló. Dijo que participan 35 productores, pero la invitación se hace extensiva a todos los que deseen integrarse para desarrollar cultivos maderables, frutales y de ornato, en beneficio del medio ambiente y de la economía familiar.
El cacao le da identidad no solamente a la región del Soconusco en Chiapas, sino a México, por lo que ha representado en su cultura y tradiciones y ante ello se le está dando un fuerte impulso con la participación de los jóvenes para que pueda rescatar ese cultivo, mencionó.